
“Los perros hablan pero solo a aquellos que saben escuchar”
Orhan Pamuk
Se dice que la base de una buena relación es la comunicación y esto aplica también en la relación con nuestros perros.
Los perros llevan tantos años dependiendo de los humanos que han desarrollado capacidades únicas en el mundo animal para entendernos. Reconocen y responden a nuestros tonos de voz, expresiones faciales, expresiones corporales e incluso pueden detectar a través del olfato algunas de nuestras emociones como el estrés, miedo, felicidad, tranquilidad e ira.
Sin embargo, a los humanos nos hace falta corresponderles en este esfuerzo y aprender su “idioma” para poder tener una comunicación que fluya armónicamente en ambos sentidos.
Si me preguntas, aprender de comunicación canina debería ser una prioridad para todas las personas que sean tutoras de un perro, pero debería ser obligatorio cuando en esa familia hay niñ@s.
Y es que gran parte de los problemas y accidentes se dan porque no sabemos entender ni leer a nuestro perro.
La mejor forma de prevenir un accidente es entender a tu perro. Saber qué le gusta y qué le incomoda, pone nervioso, le da miedo, le molesta o le genera estrés.
Este tema podría dar para escribir un libro (que por cierto hay muchos), pero haré lo posible por resumir lo más importante.
Aquí vamos…
Lo primero que hay que tener en cuenta es que cada perro es único, hay inclinación por algunas señales o normalmente, va a tender a usar más las que más le ayuden a lograr su objetivo y puede que decida pasar de algunas que no le fueron útiles.
Lo segundo, es que siempre debes tener en cuenta el contexto en el que se emite una señal para interpretarla correctamente, es decir que un gruñido mientras jugamos al tira y afloja no es enfado, hace parte del juego. O si tu perro se sacude porque está mojado no es más que eso.
Bueno entrando más en materia, los perros se comunican a través de lenguaje corporal, facial, auditivo (diferentes tipos de ladridos/aullidos, gruñidos, etc.) y olfativo ( por ejemplo las feromonas cuando marcan con pipí o las de una perra en celo).
Aquí nos vamos a enfocar principalmente en las primeras dos y vamos a usar como base la biblia de la comunicación canina que es la “Escala de comunicación canina” (originalmente llamada escala de agresión canina).
Puedes encontrar muchas en internet, pero nos vamos a guiar por la que está diseñada y ajustada a las señales más usuales en la convivencia perros-niñ@s hecha por Tamara Hernán de Creciendo entre perros.
Esta escala muestra en color verde las señales de incomodidad y de autorregulación (el perro está incómodo pero está tratando de calmarse a sí mismo) son las señales más sutiles y puede que a veces se nos escape notarlas. Si estas señales aparecen de forma aislada y esporádica, está bien que la notes para que la situación o interacción que está incomodando no se alargue mucho y de paso hacer anotación mental para saber que eso no le gusta y evitarla cuando puedas. Pero si ves que las hace encadenadas, una tras otra ya le está sobrepasando la situación y deberías intervenir para ayudarle.
Cuando la situación de incomodidad no cesa, se escala u ocurre una que le genera mayor preocupación; la comunicación también escala a las señales en color amarillo, donde ya pasamos a unas señales de nervios o miedo. Imagina que es tu perro ya diciendo de forma más clara “Bueno, definitivamente esto ya no me gusta para nada”.
De estas hay varias que suelen malinterpretarse sobre todo por los niñ@s; por ejemplo, cuando el perro huye o se aleja es porque de forma muy controlada está tomando la decisión de alejarse de aquello que no le gusta, pero si tu peque lo toma como un juego y lo persigue solo va a empeorar la situación.
Otra clásica malinterpretada es cuando se botan boca arriba, claro que aquí, como te dije al principio, es súper importante el contexto y el resto de la comunicación de tu perro para entender si es que está buscando unas caricias en la barriga o, al contrario, está pidiendo espacio.
Aunque si le está haciendo eso a tu bebé o hij@, lo más seguro es que esté pidiendo espacio.
Nuevamente, cuando subimos o en intensidad o a una situación en la que tu perro se siente más amenazado/vulnerable ya pasamos a las señales en color rojo que son las señales de agresión. En las situaciones que se viven en el día a día con niñ@s normalmente los perros llegan a este nivel porque ya intentaron decirlo de forma más tranquila y sutil pero al no ser entendidos, no les queda de otra que escalar a decirlo de forma más clara y agresiva, hasta llegar a defenderse.
Piensa como cuando hay alguien con quien no tienes mucha confianza y empieza a hacerte algo que te molesta, digamos que te chuza con el dedo en la costilla para hacerte cosquillas sin ninguna mala intención. Tu le dices la primera vez que por favor no lo haga, pero si continúa, vas a ir escalando en la forma en que lo dices para decirlo de una forma más firme y clara hasta que puede que llegue un momento en que lo digas con un grito o incluso con un empujón.
Estas señales son las que todo el mundo reconoce y solo quiero decirte que si tu perro alguna vez le ladra, gruñe o enseña los dientes a tu hij@ pienses en que el error fue no haber visto las señales de incomodidad y miedo que emitió antes y agradecerle por avisar antes de llegar a morder.
Te recomiendo que tampoco castigues ni regañes a tu perro por emitir estas señales y sé que puede ser difícil de entender el por qué, pero te voy a dar algunas razones:
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Seguramente trató de decirlo de forma más tranquila y es nuestro error no haberlo visto.
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Tu perro se está defendiendo de una situación que percibe como una amenaza.
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Puede pasar que por haberle castigado por ejemplo el gruñido, a la próxima decida no hacerlo y pasar directo a morder.
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Que su persona de confianza, apego y referencia lo castigue o regañe por comunicar sus emociones solo va a hacer que se quiebre el vínculo y la confianza.
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No va a mejorar nada, podría solo empeorarlo.
Que tu perro tolere o le guste algo contigo, no quiere decir que lo haga con desconocidos o con tu hij@, quien probablemente aún no es una persona de confianza para tu perro (te cuento más de lo que puedes esperar y no del vínculo entre tu peque y tu perro aquí) así que por la seguridad y bienestar de todos los miembros de la familia, conozcamos su comunicación, aprendamos a reconocerla en nuestro perro, respetémosla y evitemos accidentes.
No te preocupes, que si necesitas ayuda en el proceso de lograr que la relación se lleve de una forma segura y armoniosa para todos, estoy aquí para ayudarte.